¿Algún consejo para montar mi propio taller?

Buenos días Ruben.

Hoy en día, salvo que estés en una población pequeña y sin demasiada competencia, yo no daría ese paso.

Con la demanda actual de ventanas de una calidad alta, los pequeños talleres " de barrío" de toda la vida, no pueden competir ni en calidad ni en precio con empresas consolidadas que disponen de talleres con las mejores maquinarías y sistemas de producción.

Ten en cuenta, que en este negocio, cuanto más grande eres, más barato compras, lo que unido a que además produces con más calidad y en mayor cantidad, te hace más competitivo por lo que que cada vez los talleres pequeños tienen mas dificultades para sobrevivir.

Yo empecé hace más de 30 años, con apenas 15, en el taller "de barrío" de mi padre, ayudando por las tardes mientras estudiaba por las mañanas.

Con 19 años, me quedé con el taller y la verdad es que me fué muy bien, eso sí, matándome a currar con jornadas interminables de 12horas en el taller, mediciones a deshoras y montajes en fines de semana.

Eran otros tiempos y además, a esa edad aguantaba todo eso y más.

Cuando a medidos de los 90 empezó a cambiar el mercado, con la llegada de sistemas más complejos y carpinterías más eficaces, que directamente implicaban un mejor sistema de producción y una considerable mejora de maquinaría y espacio (gran inversión), comprendí que la mejor opción podría ser comprar las ventanas ya fabricadas por un taller competitivo que emplee las carpinterías que a mi me gustan y que me hiciera un buen descuento para no perder competitividad.

Con este enfoque de negocio, lo principal es tener buenos proveedores y un buen equipo de instaladores, si tienes esto y además sabes vender tu producto y convencer a tús clientes de que eres su mejor opción, seguro que te irá bien.

Un abrazo Rubén y mucha suerte.

Lo primero es asesorarte bien y rodarte de buenos profesionales que te apoyen y lo segundo tener un local con renta muy baja, así en los primeros tiempos que son los más difíciles será más fácil para ti aguantar rachas duras.